miércoles, 4 de mayo de 2011

EL CLASICISMO

INTRODUCCIÓN




El Clasicismo es un periodo que se enmarca entre el Barroco y el Romanticismo. Suele fecharse convencionalmente entre 1750 (muerte de J.S.Bach) y 1827 (año en el que muere Beethoven). Es una etapa corta que marca la transición de la Edad Moderna a La Edad Contemporánea.



CONTEXTO HISTÓRICO:



Es la época de la ascensión de la burguesía a amplios sectores del poder político y económico, lo cual tendrá consecuencias en el mundo de la cultura y de la música. En la 2ª mitad del siglo XVIII se van a dar una serie de acontecimientos históricos importantes y reformas sociales que darán lugar a violentos movimientos de masas, destacando entre ellos "La Revolución Francesa" de 1789, hecho que romperá con las monarquías absolutas. El lema revolucionario de "Libertad, Igualdad y Fraternidad" será llevado a todos los contextos, también al de la música.



CONTEXTO CULTURAL:



El Clasicismo es la época de la Ilustración, un movimiento intelectual promovido por la burguesía y la pequeña nobleza, cuya principal manifestación fue La Enciclopedia de Diderot y D'Alambert que divulgará la cultura en amplias capas de la población. En Francia, al movimiento de la Ilustración se le denomina Enciclopedismo. Este movimiento encabezará la Revolución Francesa.



Los artistas, encontrarán en la burguesía un nuevo público que paga por apreciar sus obras y al que debían satisfacer con creaciones entretenidas y naturales; de esta forma se van liberar poco a poco de las obligaciones de trabajar supeditados al gusto de los mecenas, obteniendo así una mayor independencia creativa pero contando con el reto de tener que depender del público para rentabilizar sus ingresos.



CONTEXTO MUSICAL:



La música irá abandonando los círculos eclesiásticos y palaciegos para desenvolverse en casas privadas de la burguesía y en espectáculos públicos.



En este periodo se produce una vuelta a los ideales de la cultura clásica grecorromana, basados sobretodo en el equilibrio, la sencillez y la belleza (dejando atrás el estilo recargado del Barroco); por ello, en el resto de las artes se conoce a este periodo como "Neoclasicismo". No sucede esto con la música, ya que no pueden copiar los modelos clásicos porque no nos han llegado; sin embargo, sí van a compartir la búsqueda de la belleza y la perfección formal.



Entre los precursores de la música de este periodo podemos nombrar a dos de los hijos de Bach: C.P.E. Bach y J.C. Bach, pero los tres compositores que se van a convertir en las grandes figuras de este periodo son Haydn, Mozart y Beethoven, que trabajarán en Viena, ya que ésta es considerada la ciudad más importante dentro del contexto musical.

CARACTERÍSTICAS MUSICALES




Los compositores de este periodo orientan su música hacia un equilibrio basado en la proporción y el orden, una claridad que se transmite a través de melodías y armonías simples y una sencillez que permite al oyente una gran facilidad de comprensión. Estos son los tres ideales de la música del Clasicismo, que quedan plasmados en una nueva forma de componer.



La música de esta época es refinada, elegante, contenida y equilibraba. Para lograr una música de estas características los compositores trabajarán sobre todo dos aspectos:



MELODÍA: Las melodías de Barroco adoptaban estructuras irregulares. Por el contrario, en el Clasicismo se ajustan a una estructura ordenada y regular. La melodía se articula en una frase bien diferenciada de un nº determinado de compases. Siguiendo el principio de proporción, cada frase puede dividirse en partes de igual duración respetando la simetría. Los compositores buscan concentrar todo el interés en la melodía principal. Las otras voces tienen un papel de acompañamiento, de soporte armónico



ARMONÍA: En el Clasicismo se suprime el bajo continuo tan usado en el periodo anterior. Se siguen desarrollando los principios armónicos que se habían establecido en el Barroco tardío. Las funciones tonales (tónica, subdominante y dominante) organizan toda la obra.

LA MÚSICA RELIGIOSA




Como ya adelantamos en el contexto musical La música religiosa va a estar en declive en esta época, ya que tanto la música instrumental como la ópera se van a convertir en géneros mucho más solicitados por el público en general.



En el terreno de la música religiosa, no cabe señalar grandes cambios musicales respecto a la época anterior. Se seguirán creando prácticamente los mismos géneros, dentro de los cuales destacará la misa. Un tipo de misa especial que va a adquirir gran importancia en este periodo es el Réquiem.



El Réquiem es la música compuesta para la misa de los difuntos de la Iglesia católica. Dicha música es ligeramente distinta de la de otras misas, ya que se prescinde de las partes consideradas demasiado alegres para una ocasión de duelo.



Dentro de este tipo de género, podemos destacar "El Réquiem de Mozart", obra maestra de la música clásica. Según cuenta la leyenda, esta obra le fue encargada a Mozart por un desconocido. El compositor, que entonces ya estaba gravemente enfermo, creyó que se trataba de un encargo del más allá para su propio funeral y murió componiendo la séptima parte de la obra que lleva por título Lacrimosa. Esta parte termina con la palabra Amen, palabra que se utilizaba al final de la misa, algo extraño teniendo en cuenta que a Mozart aún le quedaba la mitad del réquiem por componer. La obra sería completada , siguiendo las instrucciones que el compositor dejó escritas, por su alumno Süsmayr.

LA ÓPERA SERIA




El clasicismo fue uno de los periodos históricos más importantes para el género operístico. Este género, nacido en el Barroco dentro de los círculos aristocráticos, experimentará durante el Clasicismo un cambio, ya que se eliminarán los excesos barrocos y se tenderá a la naturalidad y acercamiento del argumento al público.



Los teatros se multiplicaron, el público aumentó en gran medida y los compositores encontraron en la ópera una de sus formas favoritas de expresión.



A mediados del siglo XVIII, y especialmente en Francia, la ópera seria había alcanzado una gran complejidad y artificiosidad: los argumentos sobre temas mitológicos eran demasiado sofisticados y difíciles de entender, los cantantes se inventaban partes enteras debido a la complejidad de las arias,... Esto hacía que el público cada vez estuviese más descontento con este tipo de ópera.



En 1752 se produjo un cambio, ya que una compañía ambulante de ópera se instaló en París y presentó la famosa ópera bufa de Pergolesi "La serva padrona". Su éxito fue muy grande, hasta tal punto que se crearon dos bandos, uno que va a defender este tipo de ópera y otro que va a estar en contra. A este enfrentamiento se le conoce como "La querella de los bufones".



En una lado estarán los que defendían la tradición de la ópera seria francesa, mucho más elaborada que la bufa italiana, a la que acusaban de frívola y superficial. Encabezaba este grupo Rameau. En el otro bando, estaban los defensores de la nueva ópera que había llegado desde Italia, la cual consideraban que se ajustaba mejor a los ideales del Clasicismo de sencillez y claridad. Era mucho más fácil de entender para todo tipo de público, ya que sus argumentos eran mucho más cercanos al pueblo y además destacaban por la belleza de sus melodías. Al frente de este grupo estaba Rouseau y algunos otros enciclopedistas.



En este contexto de enfrentamiento surgió la figura de W.C. Gluck, que buscó la reconciliación de ambos grupos, realizando una reforma de la ópera seria para que se acercase más a lo que el público pedía. En el prefacio de su ópera "Orfeo y Eurídice" expone los principios de la reforma que la ópera seria debía adoptar, que se resumen en los siguientes puntos:



Utilizar música sencilla, dejando de lado la complejidad a la que había llegado la ópera seria.



Evitar los contrastes entre recitativo y aria haciendo las arias más simples y los recitativos más expresivos.



El argumento debe ser más sencillo y verosímil, desechando los elementos fantásticos y artificiales de Barroco.



La música debe estar siempre al servicio del libreto y de los personajes.



Bajo estos parámetros se va a componer la mayor parte de la ópera seria en Europa.

LA ÓPERA BUFA




Es en esta época cuando la ópera bufa va a ganar importancia gracias, sobretodo a la llegada de la burguesía al poder. En Nápoles era habitual intercalar fragmentos cómicos entre los diferentes actos de las óperas serias. Estos fragmentos se fueron desarrollando y acabaron independizándose, dando lugar a un género nuevo llamado ópera bufa. Esto sucedió a finales del Barroco y principios del Clasicismo.



Pronto se convirtió en el género preferido del público, que tomará el modelo de la Serva Padrona de Pergolesi y alcanzará su máximo esplendor en las óperas de W.A. Mozart. A pesar de utilizar las mismas características musicales que la ópera seria, la ópera bufa contaba con algunas particularidades:



Los argumentos recogen temas de la vida cotidiana, dándoles un carácter cómico y en ocasiones sentimental.



Utilizan el idioma de cada país y en ocasiones sustituye los recitativos por partes habladas.



Los dúos y los conjuntos vocales se fueron haciendo cada vez más habituales.



En los finales de acto los personajes entraban de manera gradual, de forma que la tensión iba en aumento y se resolvía cuando todos cantaban al final.



El lenguaje que utilizaban era asequible, sin grandes grandilocuencias.



Se trata por lo tanto de una ópera mucho más fresca y alegre que la seria. Esto no es extraño si tenemos en cuenta que su principal misión era la de entretener al público, cada vez más amplio y sin conocimientos musicales. Mozart, que como hemos dicho será uno de los principales compositores de este género, escribirá óperas bufas tanto en italiano (Las bodas de Fígaro) como en Alemán (La flauta Mágica). La ópera bufa italiana llegó a toda Europa. En Alemania se denominó Singpiel y en Francia se llamó Ópera Cómique.











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