El nacionalismo es una corriente iniciada en Rusia. Mikhail Glinka famoso por su ópera Una Vida para el Zar alentó a Aleksandr Dargomyzhski para ayudarle a convencer a un grupo de cinco compositores rusos a coordinar sus trabajos en base a la cultura rusa. Más tarde fueron conocidos como El Grupo de los Cinco. La ópera de Dargomyzhski El Convidado de Piedra fue la piedra angular sobre la que se basó esta nueva escuela.
Glinka es comúnmente recordado como el fundador de la música nacionalista rusa. Una vez depurado su estilo de composición en base a sus estudios posteriores, despertó una gran atención tanto en su país como en el extranjero. Sus operas rusas ofrecían una síntesis de composición occidental pero con melodía rusa, mientras que su música orquestal, con una instrumentación excelente, ofrecía una combinación de lo tradicional y lo exótico.
El Grupo de los Cinco
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De este grupo de cinco, sólo dos eran músicos profesionales, César Cui y Mili Balákirev, ambos poco conocidos. Un tercero Aleksandr Borodin es más conocido por su composición En las Estepas de Asia Central y por Bailes Polovtsian de su ópera Príncipe Igor.
Otro componente de este grupo fue Modest Mussorgski quien introduce ritmos del folclore ruso y escalas inusuales procedentes de la música de la iglesia ortodoxa, tan características en sus obras. Entre sus trabajos encontramos dos obras para piano La noche en el Monte Calvo y Cuadros en una exhibición, que posteriormente llamaron la atención a Maurice Ravel quien hizo sendos arreglos orquestales de ambas.
El quinto y último miembro del grupo fue Nikolai Rimsky-Korsakov, que fundamentó su trabajo en obras dramáticas de fuerza rítmica y color orquestal. Sus obras más improtantes fueron la ópera El gallo de oro y su famosa suite orquestal Scheherezade. También utiliza elementos de la iglesia rusa en su obertura Gran Pascua Rusa.
Piotr Ilich Tchaikovsky fue otro de los compositores rusos que usaban un tono y color brillantes. Su sexta sinfonía Pathetique es muy conocida, y realizó, también la música de tres famosos ballets: El cascanueces, La Bella Durmiente y El lago de los cisnes. Obras como la obertura de Marcha Slava, y Capricho Italiano ubican definitivamente a Tchaikovsky dentro del nacionalismo. Estas obras han sido programadas tan a menudo que se consideran entre las obras más famosas jamás construidas.
Bohemia: Smetana ( Mi patria) y Dvorák (Danzas eslavas, Sinfonía del Nuevo Mundo)
Escandinavia
Sibelius (Finlandia) y Grieg (Peer Gynt)
España
Albéniz (Suite Iberia) y Granados (Goyescas)
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